IDENTIDAD Y AUTONOMIA DE LA PERSONA MAYOR

Sonia Zapata

La identidad personal es la percepción individual que una persona tiene sobre sí misma; es la conciencia del existir. Son una serie de datos que se adquieren a lo largo de la vida, capaces de moldear el patrón de conducta y la personalidad. Su desarrollo comienza cuando el niño, ya consciente tanto de la presencia de otros como la suya en el mundo, paso a paso procesa el papel que representa para la sociedad

 En el caso de la persona mayor la reminiscencia ayuda en esta tarea, actúa como una función mental organizada y compleja, que permite recordar, pensando o relatando hechos, actos o vivencias del pasado. O sea, le permite a la persona recordar las experiencias pasadas para afrontar dificultades del presente. La persona mayor que recuerda sus experiencias de vida comparte con las generaciones más jóvenes los saberes, valores, y conocimientos adquiridos transmitiendo el patrimonio cultural del que son portadoras. Estudios señalan que las personas mayores que participan en actividades de reminiscencia muestran mejoras a nivel cognitivo e intelectual, así como también efectos positivos ante la depresión, y en su afectividad.

Desde el punto de vista fisiológico, el proceso de envejecimiento trae consigo una disminución de las capacidades funcionales del organismo. En algunos casos puede que la persona mayor llegue a quedar incapacitada para las actividades básicas de la vida diaria y dependiente de los demás.

 

Dependencia y pérdida de autonomía

La dependencia es vivida por las personas mayores como una experiencia desvalorizante: la persona tiene una percepción negativa de su actuación. Existen situaciones en que las personas abandonan a los demás la facultad de decidir por uno mismo. pierden la autonomía como consecuencia de la percepción que tienen de sí mismos.

En la literatura acerca del tema se habla del concepto de “lugar de control”, que evalúa si una persona sitúa en el interior o en el exterior de ella el control de los acontecimientos de su vida. Es la percepción que la persona tiene de sí misma. Esta percepción, es uno de los insumos que determinan y modelan su identidad personal.

Cuando la pérdida de autonomía personal es debida a un deterioro de la identidad personal, hay modificaciones del comportamiento, como la aceptación de la decisión de los otros, disminución de la iniciativa, aparición de una actitud apática. En ciertos casos, se observa una pérdida del deseo de vivir, Las actitudes sobre protectoras de los que la rodean, estimulan la pérdida de autonomía personal..

Una persona mayor puede haber perdido capacidades físicas para desenvolverse por sí misma, y conservar su autonomía personal. Es cuando la persona mayor percibe que el lugar de control está dentro de ella.

Desde el punto de vista psicológico, la autonomía es un atributo de la personalidad. Es la capacidad que tiene la persona mayor para tomar decisiones por iniciativa propia, cómo vivir de acuerdo con sus preferencias, y desarrollar las actividades de la vida diaria. En su sentido más general, es la capacidad de tomar decisiones que conciernen a la persona, asumiendo las responsabilidades que estas implican.

La autonomía: derecho incuestionable de las personas mayores, sin distinción.

La autonomía es el derecho de la persona mayor a determinar su propia existencia, siempre que ese derecho no interfiera en la autonomía de los demás. Se relaciona con la libertad, vivir de acuerdo con sus preferencias, elegir las reglas a las que se somete, tomar decisiones sobre los diferentes aspectos de su vida.

Este derecho, incuestionable para cualquier ser humano, se pone en duda cuando se trata de personas mayores, especialmente aquellas en situación de dependencia.

En la mayoría de las instituciones de internación la preocupación está focalizada en el control de la rutina diaria  de funcionamiento y ello significa que las personas mayores deben someterse a una cantidad de reglas para el uso del tiempo libre y horarios restringidos para deambular, alimentarse, compartir con otros, vestirse .etc. Lo que significa pérdida del poder para tomar decisiones respecto de la vida cotidiana: qué ropa me quiero poner, qué quiero comer, a qué hora me levanto y me acuesto, cuándo y por dónde quiero andar, qué quiero leer o ver en TV, qué quiero hacer con mi tiempo libre. Estudios realizados confirman que en este tipo de contextos las personas mayores pierden progresivamente sus capacidades,

La persona mayor, en general, quiere y puede tomar sus propias decisiones sobre lo que desea hacer cada día. Cuando los que la rodean piensan que no es capaz de realizar alguna actividad le prestan más ayuda de la que necesita o la limitan bajo una mal entendida “protección y apoyo”. De esta manera,   se priva a la persona mayor de practicar comportamientos o actividades para las que está capacitada, limitación que lleva a que esta capacidad se pierda por falta de práctica: y se hacen realidad las creencias acerca de su incapacidad. Y, en muchos casos, la propia persona mayor termina creyéndolas.

En algunas personas mayores la toma de decisiones racionales puede estar disminuida. Las circunstancias extraordinarias, son cuando la decisión de la persona mayor pone seriamente en riesgo su vida o la de otras personas.

Consentimiento informado.

Por consentimiento informado se entiende el consentimiento obtenido libremente sin amenazas ni persuasión indebida, después de proporcionar a la persona afectada información adecuada y comprensible, en una forma y en un lenguaje que éste entienda.

El consentimiento informado[1] será necesario para el ingreso de una persona mayor a una residencia, y para la realización de los tratamientos médicos que se le indiquen y para incluir su participación en terapias o actividades individuales y grupales de diversa índole. Todas ellas le deben ser explicadas en términos adecuados a su comprensión y deben contar con su aceptación. la persona mayor tiene derecho a negarse, o posponer, o sugerir y pedir alternativas que le acomoden mejor a sus intereses y deseos, cuando no se afecte gravemente su salud, la seguridad de terceros y esté contemplado entre las posibilidades de la institución.

 1)Se trata de tomar decisiones compartidas con la persona mayor y/o su familiar responsable, de lograr acuerdos consensuados. Evitando presiones y actitudes paternalistas o autoritarias.

 

Las personas mayores pueden aprender a ser más autónomas.

Es posible lograr que la persona mayor desarrolle conductas nuevas o deje de lado otras complicadas. La persona mayor que esta obligada a depender y recibir la ayuda de lo demás en las actividades de la vida diaria se sentirá improductiva, vulnerable, débil y dependiente. La actitud y forma de actuar de los cuidadores influye en que las personas mayores, aún con grandes niveles de dependencia, mantengan la confianza en sí mismas y su dignidad. para que ellas continúen organizando y resolviendo sus asuntos.

Un ambiente físico adecuado, con ayudas técnicas y equipamiento que estén de acuerdo con la seguridad, contribuye a que las personas tengan un funcionamiento óptimo en sus tareas cotidianas. La adaptación de la vivienda a las características de la persona mayor adquiere gran relevancia (barras de apoyo en WC, ducha, suelo antideslizante en baño, puntos de luz en cocina y pasillos, etc.).

Es frecuente que se preste más atención a las dificultades de la persona mayor que a sus capacidades. Antes de ayudarla a realizar una tarea, es importante saber qué puede hacer por sí misma. Es necesario fijarse en cada uno de los pequeños pasos de los que se compone una tarea cotidiana y una vez comprobado lo que puede hacer la persona mayor por sí misma, se debe dejar que continúe haciendo todo lo que puede sin ayuda. Toda tarea que pueda realizar sin ayuda es útil recordárselo y animarle a repetirlo.  

 



 

Comentarios

Entradas más populares de este blog