EDADISMO, ESTEREOTIPOS Y DISCRIMINACION AL ADULTO MAYOR
José Nagel
El término “Edadismo” fue creado
hace ya varias décadas por el gerontólogo Robert Butler para referirse al
conjunto de prejuicios y estereotipos que minusvaloran a las personas de edad avanzada y que
sirven de base para conductas y procesos discriminatorios hacia los adultos mayores.
Los estereotipos más frecuentes sobre la tercera edad contienen una visión de los adultos mayores como un grupo:
-con capacidades físicas disminuidas;
-con pocas habilidades intelectuales y escasa capacidad de aprendizaje;
-con una visión atrasada de los procesos económicos, políticos y
sociales,
-con nula capacidad para manejar las nuevas tecnologías,
-con comportamientos infantiles;
-y, por todo lo anterior, incapaz de valerse por sí mismo y que precisa
protección.
Los medios de comunicación han
contribuido poderosamente a generalizar una visión estereotipada de los adultos
mayores. Son frecuentes las imágenes de grupos de “viejitos” jugando, bailando
o cantando como niños o las de “abuelitos” desplazándose dificultosamente. O
las entrevistas a ancianos no autovalentes que yacen en casas de reposo. Se
destaca, también como noticia el que un adulto mayor navegue en internet o haga
parte de redes sociales.
De manera congruente con los mensajes
comunicacionales, las personas ajustan sus conductas a esas creencias y
estereotipos. Un ejemplo, es la discriminación que se produce, a nivel de las
familias, hacia los adultos mayores en términos de no escucharlos porque se los
considera “desfasados” de los acontecimientos actuales. En otros casos, con la
mejor intención, hay conductas de sobreprotección impidiéndoles hacer ciertas
tareas normales de la vida cotidiana.
Un ejemplo claro de lo está en el
subconsciente de mucha gente, se produjo recientemente cuando una diputada y un
alcalde descalificaron las opiniones de un respetado senador enviándolo a
“ponerse pañales” y a “cuidarse de la demencia senil”. Sin duda, la capacidad,
la información y la trayectoria del senador insultado es mucho mayor que las de
quienes lo increparon pero, el hecho de tener edad, abrió las puertas a la
descalificación.
Quizás tan grave como lo que se
produce a nivel de mensajes o conductas individuales, es la existencia de
procedimientos institucionales que consagran diversas formas de discriminación
de los mayores. Trate usted de cambiarse de ISAPRE si tiene más de 70 años.
Averigüe cuanto pagan sus hijos en la Isapre y cuanto le cobran a usted.
Pregunte cual es la, oferta de seguros complementarios de salud y se dará
cuenta que ella llega, en el mejor de los casos hasta los 70 años. Hay unas
pocas clínicas y compañías que ofrecen alguna posibilidad a los mayores pero a
precios exorbitantes y con mucha “letra chica”.
Trasládese al sistema financiero
y trate de obtener una tarjeta de crédito si es mayor de 75. O bien solicite un
crédito y, en caso que, por excepción, se lo ofrecieran pregunte por las tasas
y compárelas con las de los más jóvenes.
Vaya a una notaría y, si es mayor
de 75 y quiere vender algo o dar un poder, asegúrese de llevar un certificado
de un psiquiatra de atestigua que usted está en buenas condiciones mentales. Y
que no tenga la mala fortuna de vivir en un municipio que decidió que los
permisos de conducir para mayores solo durarán dos años.
No obstante, los estereotipos no
coinciden necesariamente con la realidad que muestran las estadísticas y los
estudios. Hay, sin duda, una proporción de personas mayores que requiere
asistencia. pero sobre el 75% de los adultos mayores son autovalentes, cerca
del 50% se maneja con internet y las nuevas tecnologías y un 50% percibe su salud
como buena. Por otra parte, una cantidad muy importante de quienes manejan
inversiones son adultos mayores y su presencia es significativa entre los
investigadores, escritores, médicos y profesionales de alta calificación.
Pero, desgraciadamente, los estereotipos
son, con frecuencia más fuertes y terminan creando realidades. Su modificación
requiere de un trabajo individual y colectivo sistemático y sostenido para
deconstruir una realidad negativa que nos afecta a todos y que contribuye a la
infelicidad de las personas mayores.
Comentarios
Publicar un comentario