EL AGENTE TOPO: UNA INCURSIÓN AL FINAL DE LA VIDA

José Nagel. Investigador CENDEC

Muchas son las virtudes de “El Agente Topo”. Y le han sido reconocidas de diversas maneras en los círculos internacionales lo que ha culminado, incluso, con una nominación al Oscar. Dos talentos coincidieron para lograr ese resultado: Maité Alberdi, la creadora-directora y, curiosa e inesperadamente, Sergio Chamy, el inexperto agente y, aún más improvisado actor, que impuso su sensibilidad agregándole al film una nota de humanidad profunda.

Y así un documental que fue concebido, inicialmente, como una investigación cercana a una novela negra, termina siendo la mostración más certera de la realidad de los adultos mayores, de sus percepciones, temores, alegrías y esperanzas y, sobre todo, de la soledad y el abandono. Lo que empezó como un encargo a una agencia de detectives para identificar posibles irregularidades y maltratos a una internada en una casa de reposo, se transformó progresivamente en una incursión en la vida de los ancianos que allí viven.

Finalmente, la investigación no importa frente a lo que se va mostrando, de manera gráfica, acerca de las vivencias, los anhelos, las pequeñas alegrías y las grandes penurias de quienes están, la mayoría para siempre, en esa casa, introduciéndonos en una realidad vital que aprieta la garganta.

El foco se centra en los residentes y entramos en su vida a través de los diálogos que Chamy fue capaz de entablar con ellos y de los especiales lazos que forjó. Y es así como el documental se convierte en una mirada profunda y aguda de los años finales de la vida y, sin proponérselo, en una denuncia de los problemas que en esa etapa se enfrentan. Pequeñas alegrías, lazos y relaciones entre los internados, esperanzas y muchas, muchas limitaciones y desencantos.

La película ha tenido el mérito de traer al primer plano de la opinión pública temas que, hasta aquí, han permanecido en sordina y como objeto de preocupación en círculos más restringidos. Y no es por la escasa presencia social de los adultos mayores los cuales, de hecho, constituyen un quinto de la población chilena y son un grupo en aumento progresivo, sino por la falta de prioridad social y comunicacional y la importancia secundaria que hasta aquí han tenido.

Porque la realidad que muestra “El Agente Topo” no es algo sobre lo cual no haya datos. En el hecho, las encuestas existentes (véase nuestra sección Cifras Chile) muestran que el aislamiento es un problema que afecta al 43% de los adultos mayores, que un 30,7% presenta síntomas depresivos, que solo el 26,6% va a visitar o recibe visitas de parientes y que un 25% se siente excluido por los demás. Se añade a esto la percepción de maltrato social ya que el 35,4% siente que los medios de comunicación muestran una mala imagen de los mayores y que cuando concurren a servicios públicos o a instituciones de salud hay trato negativo y discriminatorio. Como resultado, casi el 70% de los adultos mayores entrevistados, manifiestan tener un sentimiento de soledad como principal percepción de los que son sus relaciones sociales y afectivas.

Pero los datos que entregan los estudios, hasta aquí, han sido conocidos solo por especialistas e investigadores o, a lo más, por el personal que atiende casas de reposo o centros de adultos mayores.

Precisamente, también, el tema de las casas de reposo o establecimientos de larga estadía es también tocado de manera profunda y original. Aquí no hay una denuncia de un lugar en que haya malos tratos o deficiencias. Se muestra un establecimiento que, quizás, está entre los mejores del país, bien atendido, con especialistas y preocupado del bienestar de sus hospedados. Pero a pesar de eso, no es la felicidad lo que predomina.  Y esto, porque, en una etapa de la vida en la cual lo que más se valora es el contacto afectivo, es precisamente este el que falta. Soledad a pesar de la convivencia diaria con otros en situación similar y, sobre todo, sentimiento de abandono. Un abandono quizás inevitable por familias que no pueden tener a sus mayores en la casa y para quienes la visita se convierte en una penosa obligación que poco a poco se distancia y termina siendo un contacto formal. Y así, la estadía se transforma en una lenta espera del final.

Por todo lo que muestra, por lo que sugiere y, que, sin querer denuncia, “El Agente Topo” es un hito que hay que destacar al lograr colocar el tema en círculos más amplios y en la conciencia pública. Tanto que incluso ha motivado, por primera vez, editoriales de periódicos y entrevistas y debates en los medios de comunicación llamando a definir acciones y políticas para enfrentar el tema como sociedad en su conjunto.

Lo complicado del asunto es que, no solo tiene que ver con medidas y políticas públicas, las que son ciertamente indispensables o con buenas instituciones que, sin duda, son fundamentales, sino con las actitudes y percepciones de las personas más jóvenes, con su manera de relacionarse con los mayores, con el rol que esa sociedad les otorga a sus viejos y con el modo en que esa etapa final de la vida merece ser acompañada.

 

Comentarios

  1. Es importante ver este documental con la generación más joven, con hijos y nietos. Quizás estos últimos sean más solidarios.

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