LA
EDUCACION DIGITAL Y LAS PERSONAS MAYORES
Sonia
Zapata D. Investigadora CENDEC
Estamos viviendo una
época marcada por dos fenómenos: la revolución tecnológica y el envejecimiento
poblacional. Por una parte, el siglo XX dejó grandes avances en materia de
comunicaciones y manejo de la información la que se extendió incluso a la vida
doméstica. Por otra parte, en el mundo habrá tal cantidad de personas mayores
como nunca antes en la historia de la humanidad, quienes deberán gestionar
procesos con interfases digitales, tales como leer el periódico, solicitar una
hora al médico, comunicarse, cultivar el tiempo libre, comprar por Internet,
etc.
De este escenario se
desprende la tarea de la e-inclusión
o inclusión electrónica, que demandará una participación, un diálogo
tecnológico, acceso global a la información y una riqueza de recursos que se
deben aprovechar para potenciar el aprendizaje de competencias digitales en los
mayores, con un modelo centrado en la educación de los adultos quienes por
variables generacionales comenzaron esta travesía como espectadores.
Las
tecnologías en la vida cotidiana de los mayores
Es curioso el fenómeno
de los adultos que en los años ochenta tenían entre 30 y 40 años de edad. Ellos
comenzaron a introducir las tecnologías en sus hogares como compradores de los
primitivos videojuegos de consola (Atari, Nintendo) pasando por el computador
para trabajo básico en Word, Excely y Power Point, el computador conectado a
Internet operando mediante correo electrónico, más tarde la video conferencia, la
conversación en tiempo real con ICQ, Messenger de Hotmail hasta llegar a la Web
2.0 con amplitud de recursos en Internet, acceso a radios online, videos, etc. Actualmente,
hay otra serie de recursos que se han ido creando y perfeccionando.
Sin embargo, estos
adultos que ahora tienen 60 años y que contribuyeron como inversionistas, no
tomaron acciones como usuarios en este tránsito de casi tres décadas. Por lo
tanto, su entrenamiento en alfabetización digital, capacidad de abstracción
frente al computador y uso de la información es distinto, por lo que requieren
de competencias digitales.
En esta perspectiva, es
necesario que los adultos y los mayores adquieran las competencias porque así
podrán seguir siendo ciudadanos autónomos. Si los mayores acceden a las TICS de
una manera responsable, seguirán siendo partícipes de esta sociedad, por lo que
su vida tendrá una mayor calidad.
Sin embargo, aún es
frecuente escuchar testimonios en personas mayores de miedo y resistencia ante
el computador, Internet, el teléfono celular y otros dispositivos. Ellos no visualizan los beneficios que pueden traer estos
instrumentos para la calidad de vida y el manejo de su propia salud. En este
sentido, desarrollan una tecnofobia que es un rechazo al uso de cualquier
tecnología que la persona no haya utilizado desde pequeño y haya pasado a
formar parte de su vida personal y profesional. En este rechazo, aparece la
idea de que la tecnología representa un peligro para los valores sociales
deseados.
Al respecto, el Informe
de la UNESCO “La educación encierra un tesoro” presenta las ventajas de aprender
y manejar las tecnologías aplicadas a las personas mayores las que podemos
detallar a groso modo.
- Aprender
a conocer: que los mayores adopten los conocimientos para ser
ciudadano/as del siglo XXI con la opción de aprender para vivir sin la
presión de sentirse excluidos de la tecnología.
- Aprender
a hacer: disponer de los recursos para desenvolverse en la
sociedad tecnologizada e interactuar con los integrantes más jóvenes de la
familia. Apoyar en labores de formación tecnológica a los más pequeños
- Aprender
a vivir juntos: Participar activamente en la “vida
moderna”. La cual incluye enfrentar. guiar, discernir, opinar de estas tecnologías
en base a su experiencia de vida.
- Aprender
a ser: comprender el mundo que los rodea. Valorar el acceso
a la cultura y el abanico de oportunidades que entrega el manejo de estas
herramientas. Vivir un envejecimiento activo en la sociedad actual
Cada dimensión converge
en la necesidad de incorporar a los mayores a la sociedad de la información y
el conocimiento. La promoción del acceso a los medios digitales y de
su uso entre las personas mayores es esencial para alentar la cultura del
envejecimiento activo. Sin embargo, uno de los efectos sociales de las tecnologías
digitales en el mundo moderno es que se han convertido en un factor “nuevo”,
que distingue a las personas mayores de los grupos de población más jóvenes. De
hecho, las estadísticas de TIC disponibles en América Latina muestran que el
grupo etario de las personas mayores es el más aislado de las tecnologías
digitales, lo que da cuenta de una profunda brecha lo que asienta la necesidad
de la alfabetización digital.
¿Qué es la
alfabetización digital? “Por alfabetización digital se entiende dar una
formación a la persona para que pueda comprender y manejar las herramientas
informáticas”. Hoy, la alfabetización digital considera el aprendizaje de
herramientas tales como los procesadores de texto, las hojas de cálculo,
etcétera”. La habilidad para emplear con criterio y seguridad las tecnologías
de la información y la comunicación (TIC) permitirá construir conocimientos
manteniendo a los mayores incorporados a la sociedad tecnologizada.
Los datos
sobre el acceso y uso de las personas mayores a computadora e Internet muestran
variaciones sustanciales entre los países También el acceso del hogar a una
computadora no significa que dicha herramienta sea utilizada por las personas
mayores. El porcentaje de esta población que usa computadoras es inferior a la
proporción que tiene una computadora en el hogar. Por lo tanto, al parecer hay
un segmento de la población adulta mayor que, en teoría, tiene acceso a una
computadora, pero no la usa. Lo mismo se aplica al uso de Internet. Esta variación
no solo refleja la desigualdad en cuanto a los niveles educativos de la
población sino también, de manera más general, en cuanto a los niveles de
desarrollo socioeconómico, así como en la disponibilidad de banda ancha y
conexión a Internet.
Entre las personas mayores es especialmente importante el uso de
Internet para la comunicación, ya que les proporciona una vía para mantenerse
en contacto con sus familiares y amigos. El temor a utilizar la tecnología
(debido a la percepción de que no la saben usar bien), así como las amenazas a
la seguridad y la desconfianza asociada a la realización de transacciones
financieras en dispositivos digitales, son factores que podrían contribuir a
que las personas mayores se muestren reticentes a utilizar la banca electrónica
o a comprar en línea. En las sociedades latinoamericanas, además, las salidas
al banco o a la tienda pueden representar oportunidades de interacción y
socialización con otras personas. En ese sentido, estas salidas pueden ser
valoradas por las personas de edad, incluidas las que presentan limitaciones de
movilidad o comunicación. Los datos también indican que un elevado porcentaje
de usuarios se conecta a Internet para realizar actividades de entretenimiento,
como ver y descargar videos, música y películas.
Es prioridad enseñarles
a los mayores a comprender, por una parte, la evolución de las tecnologías y,
por otra, elaborar conocimiento y usar las TIC de manera responsable.
En este sentido, se deberá tener en cuenta los conocimientos previos de las
personas, el lugar donde viven, si poseen los recursos para poder acceder a
dicha tecnología, etc. Todos los adultos
no tienen acceso ni a la información ni a las TIC, es lo que se conoce como
brecha digital.
La brecha digital es
una distancia, una separación entre quienes pueden hacer uso de estos recursos
y quiénes no. Es la línea divisoria entre el grupo de la población que ya tiene
posibilidad de beneficiarse de estos recursos y quienes aún no pueden hacerlo, lo
que se considera como un subproducto de las brechas socioeconómicas
preexistentes.
Ante este escenario, la
adquisición de competencias digitales tendrá un impacto positivo en los
mayores, en comunicación, en conectividad social y en la esfera afectiva,
física y emocional. Todo ello en la perspectiva de la e-inclusión. Su disposición para aprender y adquirir estas
competencias dependerá de su motivación intrínseca y la relación de este nuevo
conocimiento con sus funciones sociales.
La innovación en el
modelo educativo de formación de mayores debería modificar, así, los
tradicionales talleres de TIC que se centran en enseñar de manera mecánica todo
lo relacionado con las nuevas tecnologías prescindiendo de tres variables muy
importantes el medio socioeconómico, la resistencia al aprendizaje y la
significación que las personas mayores asignan a la tecnología.
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