PERSONAS MAYORES: ¿TODOS IGUALES?

José Nagel A. (Investigador Cendec)

Con mucha razón, diversos estudios y publicaciones apuntan a identificar los principales problemas que enfrentan las personas mayores en términos de imágenes sociales negativas, carencias en el acceso a servicios y en general, diversas formas de discriminación social y cultural. Contribuyen así a generar una conciencia de la necesidad de cambiar la visión generalizada de “edadismo” que caracteriza a nuestra sociedad e impulsar políticas y acciones para remediar esta situación. Todas ellas consideran a los adultos mayores como un grupo que comparte, en general, las mismas características, que enfrenta los mismos problemas y que sufre de igual modo restricciones y limitaciones.

Es importante, no obstante, profundizar un poco más acerca de las diferencias que se producen al interior de este grupo etáreo en función del estrato socioeconómico al que pertenece la persona y que condiciona un acceso distinto a bienes servicios, información y consideración social.

En ese sentido, es significativo citar los resultados de un estudio hecho por el investigador español Alfredo Alfageme de la Universidad de Castellón quien plantea que envejecer es también “una cuestión de clases”. Para ello construye el concepto de “discapacidad” entendida como” las limitaciones crecientes para la movilidad o la ejecución de funciones o actividades cotidianas o el estado de salud” que se va produciendo en la vejez. Y, a partir de un estudio estadístico y de una investigación de terreno, muestra que los estratos de adultos mayores más pobres presentan mayores índices de discapacidad que los estratos ricos.

 

                            Porcentaje discapacidad

Grupo

Estrato rico

Estrato medio

Estrato pobre

Hombres

8,4

20,1

33,7

Mujeres

19,7

27,2

44,7

Todos

13,6

24,2

41,7

 

Se puede apreciar la profunda diferencia en discapacidad que se produce entre ricos y pobres la que es mayor aún en el caso de las mujeres.

Pero esta diferencia por estratos no se reduce solo al tema de la discapacidad sino también se manifiesta en otros aspectos tales como el acceso a la información.

PORCENTAJE DE ADULTOS MAYORES CON INFORMACIÓN SOBRE SERVICIOS Y PRESTACIONES SEGUN ESTRATOS

 

Estrato rico

Estrato medio

Estrato pobre

Ayuda a domicilio

80%

67

56

Reducción de tarifas

82

71

56

Comedores

61

51

47

Hogares y clubes

93

88

77

 

En Chile, existen también estudios que apuntan en la misma dirección. Investigadores de la Escuela de Salud Pública y del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la U. de Chile buscaron la correlación entre desigualdad socioeconómica y frecuencia de discapacidades en adultos mayores encontrándose resultados similares.

 

DISCAPACIDADES SEGÚN ESTRATOS SOCIOECONOMICO (Porcentaje del total de adultos mayores del estrato)

DISCAPACIDAD

ESTRATO BAJO

ESTRATO MEDIO

ESTRATO ALTO

Deterioro Cognitivo

16,7

9,2

2,5

Síntomas depresivos

44,5

33,5

18,1

Mala autoevaluación de salud

80,2

66,8

41,0

Limitación funcional

60,1

47,5

28,7

Tiene 2 o más enfermedades

46,4

44,7

36,9

Menos de 6 años de educación formal

79,6

49,3

5,0

 

Se puede observar que en todos los ámbitos de problemas y discapacidades los adultos mayores de estratos bajos presentan condiciones más deterioradas.

Y debajo, sin duda, subyace el tema de las diferencias de ingresos. De acuerdo a un estudio de Apablaza y Vega (U, San Sebastián, 2019) la estructura de ingresos de los adultos mayores en Chile según estratos sociales, es profundamente diferenciada y más de un tercio declara que sus ingresos no les alcanzan para cubrir los servicios básicos.

PORCENTAJE DE ADULTOS MAYORES SEGÚN TRAMOS DE INGRESO

Ingreso

% mayores

Menos de $ 200.000

38

Entre $ 200.000 y $ 499.000

44

Entre $ 500.000 y $ 999.000

13

Más de $ 1.000.000

5

TOTAL

100

 

Con estos datos, es posible afirmar que, si bien todos los adultos mayores enfrentan algunos problemas comunes de discriminación social y cultural, no hay duda que el envejecimiento es más dramático y difícil en el caso de las personas pertenecientes a estratos menos acomodados. Envejecer en Las Condes o en Recoleta o La Pincoya, aunque se enfrenten algunos problemas similares, termina siendo profundamente diferente. Ser anciano en zonas rurales del secano costero o en el interior de La Araucanía tiene una diferencia sideral en términos de información, acceso a salud, facilidades de movilización y condiciones de vivienda que serlo en Providencia, La Reina o Vitacura. Estar inserto en una familia con capacidad para sustentar apoyos médicos, de enfermeras o de cuidadoras es muy distinto a ser parte de otra en que la hija debe convertirse en cuidadora porque no hay posibilidad alguna de financiar ninguna ayuda. Ser una persona mayor que tiene sus propias rentas es muy distinto a ser dependiente totalmente de hijos, nietos o familiares. Vivir en casa propia es muy diferente a ser un allegado en una vivienda estrecha y, a menudo insalubre.

Por eso, como dice Alfageme la vejez es también “una cuestión de clases”.

 

 

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