DETERIORO COGNITIVO EN ADULTOS MAYORES ¿QUE HACER?
José
Nagel . Investigador Cendec.
Hemos dicho, en un artículo
anterior, que el Deterioro Cognitivo Leve en adultos mayores es una realidad
bastante extendida y que, con mucha frecuencia, se vive al interior de los
hogares teniendo que ser los familiares quienes deban manejar situaciones difíciles
y angustiosas de manera cotidiana. En ese artículo nos centramos en la
descripción del fenómeno y en la exposición de los síntomas en que éste se
manifiesta. Ahora, abordaremos los factores que condicionan o influyen en el
desarrollo del deterioro, la conveniencia de conocerlos y la manera que
relacionarse con el adulto que presenta esta anomalía.
Los factores que influyen o
detienen el deterioro
Es importante que quienes cuidan
a un adulto con problemas de deterioro cognitivo tengan información acerca de
los factores que pueden influir en la prevención, la detención o la disminución
del deterioro de manera que puedan ser adecuadamente manejados en el contexto
familiar.
Aquí hay cuatro ámbitos claves: alimentación
adecuada, actividad física, cerebro activo y contactos sociales.
A. Es
preciso cuidar el régimen alimenticio de la persona procurando que se trate de
una dieta equilibrada en que proteínas y carbohidratos estén incluidos y que,
ojalá, haya suplementos vitamínicos con especial adición de Omega3. Hay que
tener presente que uno de los síntomas del deterioro es que la persona empieza
a querer comer menos en cantidad y frecuencia y que debe haber un esfuerzo
especial para que ello no ocurra.
B. La
actividad física resulta clave, no solo para mantener un estado adecuado sino
porque también está probado que es un factor que contribuye a evitar el
deterioro cognitivo. Investigaciones realizadas en varios países han mostrado
una clara correlación entre actividad física y mantención de la salud mental.
Luego, quienes cuidan a un adulto mayor que no está inmovilizado, deberían
preocuparse de que realice una caminata diaria y mantenga un programa mínimo de
ejercicios para evitar el deterioro muscular y estimular con ello las funciones
cerebrales.
C. El
desarrollo de actividades que impliquen un esfuerzo de raciocinio y de
retención de información es también clave. Ello puede hacerse a través de
juegos o de lecturas sobre las cuales sea posible establecer conversaciones que
impliquen un esfuerzo de memoria. Compartir
y comentar las noticias de la televisión o de los periódicos son también
ejercicios que pueden contribuir a mantener las funciones intelectuales. Esto
es más factible al inicio del proceso de deterioro.
D. Los
contactos sociales resultan también importantes para mantener la actividad
cognitiva. Es importante evitar el aislamiento de la persona procurando que
participe en actividades sociales, círculos o talleres con otros adultos
mayores o que mantenga lazos de amistad con personas de su misma generación.
Pero, a la vez, es clave que la familia no lo aísle, sino que lo integre a
todas las actividades y sus miembros se den el tiempo para interactuar con él.
Y que esto se haga en un ambiente amable y estimulante.
¿Cómo puede manejarse
cotidianamente la relación con la persona?
La experiencia señala algunos
caminos y formas de conducta y de respuesta. A vía de ejemplo:
1. Mantener
la calma: es clave recordar que los olvidos, las fantasías y las conductas
irritadas no son resultados de una intención de agredir. Por ello es
fundamentar evitar la confrontación, no enojarse y saber que se trata de
momentos pasajeros que serán rápidamente olvidados.
2. Saber
cambiar el tema: una técnica normalmente exitosa es la de cambiar el tema de la
conversación cuando la persona está irritada o pretende hacer algo que es
imposible o desarrolla fantasías.
3. Responder
a las preguntas reiteradas: es importante que cada vez que la persona reitere
una pregunta se le vuelva a responder como si fuera la primera vez que la
hiciera sin reprenderlo o hacerle notar la repetición. Con ello se evita que se
sienta herida o minusvalorada ante una situación que no puede controlar.
4. Establecer
rutinas: el hecho que el adulto mayor conozca de antemano las situaciones
diarias contribuye a infundir seguridad y hacer que la persona reaccione en
forma adecuada y tranquila.
5. Moverse
en espacios conocidos: el cambio de
hábitat normalmente aumenta la desorientación y genera angustia. Cuando es
preciso llevar a la persona a lugares desconocidos es importante la compañía de
quienes lo tratan habitualmente.
6. Compartir
tareas simples: ello implica desde hacer algún trabajo en la cocina hasta
trabajar juntos en un computador cuando la persona todavía puede hacerlo y se
le puede apoyar para realizar algunas tareas que le resulten difíciles o se le
han olvidado.
7. Integrarlo
a la vida familiar: es importante que participe en las conversaciones
colectivas debiendo los demás hacer el esfuerzo de dirigirse a él y hacerle
preguntas sobre temas que son o han sido de su dominio de manera que pueda
expresarse y sentirse agradado de la convivencia familiar. Y cuando opine,
hacerle sentir que se ha escuchado sus ideas y que son tomadas en cuenta por
los demás.
Finalmente: saber pedir ayuda.
Dada la complejidad del tema y la
necesidad de desarrollar estrategias adecuadas, quienes tienen a su cuidado a
personas con Deterioro Cognitivo Leve no deben trepidar en pedir las ayudas
necesarias, sea a un especialista que los pueda orientar, o a otras personas
que puedan apoyarlos y compartir con ellos la difícil tarea que realizan.
Y en esto, toda la familia tiene
una tarea colectiva y un deber ineludible.
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