ADULTO MAYOR Y REDES SOCIALES

José Nagel, Investigador Cendec.

Las redes sociales, entendidas como aquellas estructuras de relaciones que se establecen sobre la base de internet, son cada vez más frecuentes, significativas e importantes en la vida de las personas. Les permiten establecer relaciones a distancia, sin límites físicos y, así, compartir informaciones, emitir opiniones, generar y mantener lazos afectivos y mantenerse integrados a diversas estructuras sociales, primarias y secundarias.

Hoy día, la participación en redes sociales se ha generalizado, especialmente en los grupos de población más joven, en los cuales prácticamente la totalidad de sus miembros participan en alguna red. Incluso en esos niveles, esa participación ha llegado a constituir un problema en la medida en que se tiende a producir una adicción que interfiere en las relaciones presenciales.

En el caso de los adultos mayores, la participación en redes sociales puede ser un importante factor para mantener las relaciones familiares y sociales y, así combatir el aislamiento y la soledad. Ello, porque, diversos factores inciden para que, en las etapas avanzadas de la vida, se produzca una disminución y pérdida de las interacciones sociales. El término de la etapa del trabajo en torno al cual muchas personas han centrado su vida y han estructurado sus redes, el alejamiento de los amigos por dificultades de desplazamiento, enfermedades o muerte, la carencia de grupos u organizaciones en las cuales participar y el frecuente abandono de la persona por parte de los familiares, hacen que la soledad pase a ser una constante.

En el hecho, cifras recientes confirman que solo la cuarta parte de los mayores de 75 años recibe visitas de parientes o se reúne con amigos y que el 60% no participa ni concurre a ninguna organización. Así, el 48% de las personas declara que tiene sentimiento de soledad por cuanto sus interacciones presenciales diarias son escasas y su posibilidad de conversar o compartir cara a cara es cada vez menos frecuente.

En esos términos, la participación en redes sociales a través de Internet, abre una posibilidad significativa para mantener los contactos sociales, generar sensación de compañía y combatir el aislamiento y la soledad.

La barrera más importante para la participación de las personas mayores en redes, parece ser la dificultad para el manejo de la tecnología. De hecho, los estereotipos dicen que las personas mayores están al margen de las nuevas tecnologías. Sin embargo, algunos datos permiten tener una visión algo diferente mostrando que hay una integración progresiva de los mayores al mundo digital.

 Según la Quinta Encuesta de Calidad de Vida (UC, Instituto de Sociología) el 50% de los adultos mayores tiene Internet en su casa y posee un celular y el 39,5% dispone de computador personal. Entre los que poseen celular, el 85% lo utiliza para hablar, pero hay una proporción significativa de ellos (43,4%) que utiliza WhatsApp que es la aplicación más generalizada entre los mayores, seguida por Facebook. Sobre los 80 años estas cifras disminuyen por cuanto solo el 26% tiene internet en su casa y el 13,2% usa diariamente el computador. Es importante si decir que, en el grupo de adultos mayores con alto nivel educativo, casi los dos tercios (62,4%) utilizan internet y redes sociales.

Estas cifras deberían tender a elevarse en la medida en que existan acciones estructuradas para facilitar la integración de los mayores al mundo digital. De hecho, hay iniciativas de universidades, instituciones públicas y fundaciones que están realizando capacitación, difusión y facilitación de equipos a los mayores.

Sin duda, el uso de las redes sociales presenta beneficios claros para las personas mayores. El más importante, sin duda, es la mantención y fortalecimiento de los lazos primarios: redes familiares y amistades. Ante la imposibilidad del intercambio presencial cotidiano, dado que hay gran cantidad de personas viviendo solas o con escasa interacción familiar, estos mecanismos entran a llenar un vacío grande en la vida de las personas.

A la vez, el uso de internet, les permite establecer comunicación e información sobre lo que ocurre en el país y en el mundo manteniendo, así, una actividad mental que es indispensable estimular. Y en muchos casos, los liga a organizaciones y actividades a las cuales pueden concurrir presencialmente. Y cada vez más, aunque continúa siendo una minoría, crece el número de personas mayores que realizan trámites e incluso compras a través de los medios digitales.

En virtud de lo expuesto parece que, sin duda, los beneficios de la integración a redes sociales y a internet son muy significativos. Sin embargo, es preciso también decir que, siendo una gran ayuda, no reemplazan totalmente a la interacción presencial. Los mayores, especialmente si sufren de soledad porque viven aislados, necesitan la presencia física y el estímulo que representa la interacción cara a cara para expresarles afecto y hacerles sentir que aún son importantes para alguien. Por ello, los familiares y amigos no pueden limitar la comunicación solamente al internet, que es sin duda fundamental, sino también hacer el esfuerzo de hablar y tener contacto presencial con la mayor frecuencia que les sea posible.

 

 

 

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