CIUDADES AMIGABLES PARA PERSONAS MAYORES

Sonia Zapata           Investigadora Cendec

Propongo reflexionar acerca de la importancia de los entornos para lograr un envejecimiento saludable especialmente en nuestro contexto actual: la Pandemia por Covid 19, la necesidad de utilizar nuevas tecnologías de comunicación y la importancia para las personas mayores de continuar aprendiendo y superar la brecha digital. 

En este contexto, surgió el Programa Ciudades Amigables con las Personas Mayores teniendo presente dos fenómenos: el envejecimiento de las poblaciones y la creciente urbanización. En Latinoamérica, tenemos un constante incremento de la población urbana por cuanto cada vez más personas viven en ciudades buscando mejores oportunidades de educación, empleo y acceso a servicios. Además, la partida de los jóvenes hacia las ciudades aumenta la cantidad de personas mayores en zonas rurales.

El Programa mencionado se presenta por primera vez en 2005 en el XVIII Congreso Mundial de Gerontología de Río de Janeiro bajo el nombre de “Age-Friendly Cities”. Fue una iniciativa del doctor Alexandre Kalache, quien era director del Programa Envejecimiento y Curso de vida de la Organización Mundial de la Salud. En 2006 convocó a expertos de diferentes ciudades del mundo para diseñar una investigación que evaluara las principales ventajas y obstáculos que las personas mayores viven en su vida cotidiana en las ciudades y, se pensaran planes de mejora.

En esa reunión se planteó la pregunta ¿Qué es una Ciudad Amigable? “Una Ciudad Amigable con las personas mayores es un entorno urbano integrador y accesible, que fomenta un envejecimiento activo”. Esta definición deja en claro el concepto de amigabilidad. Una ciudad puede ser accesible, en sus espacios libres, edificios y transportes, puede contar con rampas, y micros adaptados, pero aun así puede no ser amigable. El concepto de amigabilidad incluye el respeto y la inclusión, la participación social, la comunicación y la información, los servicios de apoyo y de salud y las viviendas. Una ciudad o comunidad amigable es un buen lugar para envejecer, porque ayuda a mantener la independencia el mayor tiempo posible y proporciona asistencia y protección cuando es necesario da autonomía y el máximo respeto a las personas mayores

Es vital considerar a las personas mayores como ciudadanos plenos, no solo un grupo vulnerable u objeto de protección, sino personas que aportan, que contribuyen Es decir no al edadismo, no a la discriminación por cuestiones de edad. La edad es sólo un atributo que no define a las personas. Los derechos son vitalicios, y no se pierden con el paso de los años.

Otro concepto importante es el de envejecimiento saludable, sentir que aun conviviendo con algunas enfermedades puedo envejecer bien. Envejecer saludable “es lo que permite a una persona ser y hacer lo que para ella es importante lo que prefiere y desea”. El entorno influye de manera decisiva, si quiere ir a hacer un taller cognitivo o a encontrarse con sus hijos o necesita ir al médico, podrá hacerlo si el entorno lo permite, si puede caminar por las veredas sin miedo a caerse, si puede subir al transporte, si tiene dinero para pagar un taxi, o si el lugar donde va a ir es accesible. Entendido así el envejecimiento saludable nos remite a la importancia de los entornos.

Debemos pensar y crear, una ciudad para todos y todas, construida entre todos y todas. Es muy importante compartir espacios entre distintas generaciones para eliminar prejuicios y convivir saludablemente en una sociedad para todas las edades.

 Este programa tiene un enfoque local. Centra su atención en las ciudades, y en las comunidades y los barrios no puede abarcar toda la ciudad, pero sí concentrarse en barrios en que hay más desventajas o en los que hay asignado presupuestos para hacer mejoras, o aquellos en que existe un grado importante de organización social. El programa tiene un enfoque participativo, comienza consultando a las propias personas mayores, cómo les resulta caminar por las calles de su ciudad, o tomar el transporte público, si se sienten respetadas si reciben información adecuada y buen trato.

Este programa. nos permite conocer la opinión de los actores clave acerca de las ventajas y desventajas que la ciudad ofrece para el bienestar de las personas mayores, promueve una ciudad más amigable para los mayores. Además de consultar a las personas mayores, también consulta a los proveedores de servicios públicos y privados y de la sociedad civil, ¿Cómo cree usted que es para una persona mayor ir a la farmacia? o ¿Cómo le parece a usted que es para una persona mayor conducir un vehículo en esta ciudad? Igualmente, a los familiares cuidadores de personas mayores dependientes, ¿Cómo es para la persona que usted cuida transita por la ciudad? A partir de esta información se identifican las ventajas y desventajas de cada ciudad.

Las Naciones Unidas han declarado la década del envejecimiento saludable 2021-2030, y allí se afirma “Los entornos físicos, sociales y económicos, rurales como urbanos, son importantes para el envejecimiento saludable Los entornos amigables con la edad son los mejores lugares en el cual uno puede crecer, vivir, trabajar, jugar y envejecer, es decir, una comunidad amigable con la edad es un mejor lugar para todas las edades”. Naciones Unidas también plantea el derecho a la ciudad, derecho a ocupar, a transitar, a producir, a transformar, a gobernar, de todos los ciudadanos.

Si nos preguntamos, ¿qué extrañan las personas mayores? los barrios donde crecieron, una infancia segura jugando en las veredas con amigos. Lo que no existen hoy en las grandes ciudades, los chicos no se conocen entre sí. Los mayores, hablan de la diferencia entre la niñez encerrada y sobreprotegida de sus nietos, y la de ellos de andar en bicicleta y jugar confiados en las calles. También sienten temor en la ciudad; el peligro en la calle, la criminalidad, los autos que andan a velocidades increíbles, todo lo cual produce una sensación de inseguridad Para superar esta situación. el programa Ciudades y Comunidades Amigables pone en el centro de la escena a los mayores, y los llama a envejecer, en una casa digna, en un barrio con los servicios adecuados, en el que sean respetadas, y que nadie quede atrás debido a su edad,

Este proyecto de la OMS estudió a varias ciudades en las que se realizó el diagnóstico y señalaron como aspectos poco amigables las veredas rotas, el transporte público, la seguridad, la salud, el tránsito, la falta de semáforos y las viviendas. Estos últimos años hubo un incremento de la falta de respeto en las calles, comercios y oficinas públicas, jóvenes que no ofrecen los asientos en el transporte público y también la delincuencia. Las personas mayores se quejan de que se les obliga a usar páginas web, los call center que nadie contesta, los bancos que obligan a usar cajero automático, cuando muchas personas temen utilizarlo o no saben cómo. La Pandemia y el aislamiento aumentó la brecha tecnológica existente y la gran desigualdad entre aquellos que pudieron seguir conectados a través de plataformas digitales y los que no.

En cuanto a amigabilidad hubo diferencias según se perteneciera a diferentes sectores socioeconómicos. La gente de los barrios residenciales se sentía segura y salía con tranquilidad, la gente de los sectores populares refería temor de circular por las calles. en sillas de ruedas. El programa Ciudades Amigables al proponer metas concretas promueve la participación ciudadana. El programa se ha extendido en todo el mundo, y es en Latino América, donde más ciudades han adherido. Hoy existen 329 ciudades aprobadas en Latinoamérica y 209 pertenecen a Chile.

 Un porcentaje elevado de ciudades no cuentan con profesionales formados en este campo y la situación de aislamiento durante la Pandemia impidió aplicar el programa. Las ciudades que cumplieron, por lo menos la etapa diagnóstica lo hicieron con el apoyo de programas afiliados, como el caso del SENAMA en Chile, o con Universidades que han dado apoyo en Argentina o en Brasil con varias Universidades, o en Costa Rica con el apoyo del ministerio de Salud,

Es indudable que se requiere capacitación de equipos particularmente de organizaciones de personas mayores e incluir a Organismos con capacidad técnica ya sea gubernamentales, de la sociedad civil, o Universidades. El Programa Ciudades y Comunidades Amigables es una respuesta a las demandas expuestas, impulsa la participación de las personas mayores escucha sus voces y sus propuestas, busca acuerdos de los actores sociales- pide la presencia de un estado activo. La necesidad de construir ciudades más amigables no puede quedar solo en un área de un municipio o una oficina del gobierno. Se necesita de un trabajo de todos, de acuerdos intersectoriales; el sector público, el privado, las universidades y las organizaciones de mayores, deben trabajar juntas para crear la ciudad en la que queremos vivir, que es, en suma, el mundo en el que queremos habitar y envejecer.

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